jueves, 15 de septiembre de 2011

Hora Oficial


Me caga. Yo sé que me caga. Lo veo en sus ojos. La muy hija de puta me besa, me sonríe, me dice que me ama. Pero por detrás veo esa sombra que se burla de mí. Que siente que no sirvo para nada, que busca con quién reemplazarme. Y yo no se lo voy a permitir. Ella es mía.
Atiendo la puerta. Ella se me tira al cuello, me besa y se ríe. Sé que se burla de mí. Se pone a hablarme de cosas de la escuela, sus compañeras, sus profesores… boludeces. Vamos a la cocina, voy a preparar unos mates. Mentira. No soporto más su hipocresía.
Ella se sorprende, se asusta. Ríe nerviosa y me pregunta que qué hago con la cuchilla en la mano, que no es gracioso. No, no es gracioso hija de puta. Como no es gracioso la manera en que me estás corneando. No es graciosa la forma en que me miran tus amigos cuando me ven con vos. No es gracioso que me mientas todo el tiempo. No es gracioso, no. Y esto tampoco te va a parecer gracioso.
Ella se cubre con las manos a la primera cuchillada y le abro un tajo en el brazo. Mierda, ¿no podía simplemente dejarse matar? Tiro otra puñalada y otra más. Le abro heridas en la cara, la nariz, la cabeza, pero ella mete las manos y no me deja darle una que la lastime en serio. ¿Por qué no me la hacés fácil, Caro? Si de todos modos te vas a morir.
Ella me hace tirar la cuchilla. Se quiere escapar. ¡La muy conchuda se quiere escapar! Le tiro una trompada y se va contra la mesada. Alcanzo a agarrar el palo de amasar. Le quiero dar en la cabeza pero otra vez pone la mano. Le tengo que pegar de vuelta en los brazos, en la cintura, ella se sigue atajando. ¿Piensa resistirse mucho tiempo más?
Gráfico1Agarro otro cuchillo. Esta vez está aturdida y la sorprendo. Se lo puedo clavar en el costado. ¿Qué hay ahí? ¿El hígado? Entra y sala tan facil… Realmente disfruto penetrándola con la hoja. Ella aprovecha mi fascinación y rengueando se va para el lado del living.
La persigo. No me cuesta alcanzarla. ¿Cómo hace para resistirse tanto? Está chorreando sangre. Mucha. Pero todavia se ataja con las manos. Puedo clavarle otra puñalada más arriba. Esta vez no se la meto tan adentro. Ella sigue huyendo. No sé como hace pero se va para el garaje. Ahora sí. El garage no tiene salida.
¡La hija de puta me ataca! ¡Después de todo lo que me hizo encima me ataca! Me revolea un martillo y de pedo lo esquivo. Podría haberme lastimado. Esta vez se fue al carajo. La alcanzo y le pego otro cuchillazo. Esta vez más fuerte y con más ganas. En el cuello. Empieza a salir sangre para todos lados. Ella se pone blanca. Los ojos se le van para atrás. Cae al piso.
Miro su cuerpo en el piso. Me parece que ya no respira. Por las dudas, me aseguro. Le clavo la cuchilla en la panza. Siento la hoja que se mete en la carne. Me encanta. La hundo una vez más, otra, otra y otra vez. Miro al costado y veo la caja de herramientas de mi viejo. Agarro su viejo formón de carpintero. Está bien afilado. ¿Servirá? Se lo clavo. Se lo vuelvo a clavar. Sirve, mirá vos. Busco algo más pero no encuentro qué. Me doy cuenta de que me duelen las muñecas. Ya fue. Agarro de vuelta la cuchilla y se la hundo más o menos por donde está el corazón. Ahora sí. Ya está.
Mirá el quilombo que me hizo hacer esta hija de puta. La idea era pegarle un par de cuchilladas en la cocina, no este desastre. ¿Y ahora cómo limpio antes de que lleguen mis viejos? Esta conchuda me quiere cagar la vida. No sé que voy a hacer ahora.
La puta que la parió. Voy a tener que rajarme. Mejor me voy a la casa de Lucho. Él va a poder ayudarme. Sí, Lucho es un amigo y me va a ayudar.



El el 27 de mayo de 1996 Fabián Tablado, de 21 años, asesinó a su novia Carolina Aló a cuchillazos en su casa. Los peritos contabilizaron un total de 113 puñaladas.

 Aquí la Crónica del Caso Fabián Tablado-Carolina Aló

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